El Flamenco y las tabernas: Diego el Cabrillero canta en Casa Gómez Mier de Utrera
2008. Casa Gómez Mier de Utrera (Sevilla) es una bodega con más de cien años que conserva la esencia flamenca utrerana.
Su propietario, Pepe del Hoyo, destaca el perfil económico de su establecimiento al permitir a su clientela traer comida de fuera. La bodega aún conserva dos entradas, una para las mujeres, que entraban solo a comprar vino para guisar, y otra para el hombre donde bebía sin ser visto y olvidaba sus penas en vino. El cante animaba un ambiente solo de hombres. El cantaor Diego el Cabrillero reconoce que en las tabernas además de cantar unos fandanguitos y flamenco es el lugar para ver y querer a los amigos.
Intervienen Pepe del Hoyo (propietario Casa Gómez Mier) y Diego el Cabrillero (cantaor y cliente).
[Programa Andalucía es su nombre: “Más que tabernas: cuando la taberna era cosa de hombres”, 007, 17 de mayo de 2008, Canal Sur Televisión]
Casa Gómez Mier abrió sus puertas en 1888 en la calle Sevilla de Utrera, de la mano de Antonio García. Fue José Gómez Mier llegado de tierras cántabras en 1990 quien le dio el nombre. La familia Del Hoyo es la propietaria actual de la taberna.
A los cantaores les gustaban los mostradores de “maera” (madera) de las tabernas donde podían llevar el compás y ritmo flamenco.
Diego Amaya Núñez (Utrera, Sevilla 1944) representa uno de los cantaores guardianes de la tradición gitana del bajo Guadalquivir. Heredero de las grandes figuras flamencas de Utrera sigue la escuela de su tío Antonio Núñez “El Chocolate”, es hijo de la Cabrillera, cantaora aficionada de quien toma el nombre. Influenciado por su tío actualiza el legado del mítico jerezano añadiéndole los aires de Utrera que aprendió de niño oyendo a los grandes, como Fernanda y Bernarda. Con catorce años comenzó a hacer sus primeros pinitos pero según reconoce con timidez y escondido detrás de las estrellas utreranas. Su carrera comenzó en las clásicas tabernas, donde siempre se escuchaba buen cante, al principio a la sombra pero ascendiendo paulatinamente con importantes premios en los concursos de cante y con el reconocimiento del público y de la crítica. A pesar de su talento no ha dejado su profesión de agricultor, compaginado el duro trabajo en el campo con el de cantaor. Destaca en la interpretación por tarantos, bulerías, tonás, soleares y seguiriyas.
En 2015 participa en el proyecto “Memoria Antológica. Flamenco y Universidad” un disco apoyado por universidades de Andalucía que recoge cantes autóctonos de las comarcas andaluzas, grabando incluso cantes en directo en una taberna de Utrera haciendo compás con los nudillos en el mostrador, como hacían los cantaores antiguamente.
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17/05/2008